Son uno de los favoritos en materia de colchones, pero ¿Sabes qué son los colchones de gel o viscogel? Si conocemos sus cualidades, es fácil entender por qué este material se ha convertido en preferencia a la hora de elaborar colchones y accesorios para el descanso. No obstante, promete resistencia y durabilidad, sin renunciar a la flexibilidad. En definitiva, un material perfecto. Pero, ¿merece la pena comprar un colchón de viscogel? ¿Es lo mismo el gel que el viscogel? Te lo contamos todo.
El gel o viscogel de tu colchón, ¿qué es?
La primera cuestión que se nos viene a la cabeza es en qué consiste eso del viscogel, que tanto promocionan los fabricantes y vendedores de colchones y camas. Pues bien, el gel o viscogel no es otra cosa que un polímero. ¿Y qué es un polímero? Puede que te estés preguntando. Un polímero está formado por elementos químicos muy pequeños que se unen de manera muy fuerte. El resultado es que es un material muy flexible y resistente, que no se parte con facilidad, porque no es un único elemento el que lo componen, sino una pluralidad del mismo elemento que se repite en cadena. Así la rotura es prácticamente imposible.
Aunque te suene novedoso y extraño, lo cierto es que los polímeros están presente en la naturaleza desde siempre. Por ejemplo, la lana es un polímero, y la madera. También lo son el caucho y la celulosa. Estos se consideran polímeros naturales, pero también hay polímeros que han sido creados por el hombre, como son el neopreno, el pvc, el poliestireno y el teflón, las colas y los pegamentos. Estos últimos, son polímeros sintéticos.
Los colchones de gel están hechos precisamente de polímeros sintéticos, creados por la mano humana en un laboratorio.
Colchones de viscogel versus colchones viscoelásticos
Aunque a priori pudiéramos confundirlos, no en vano el nombre es similar, lo cierto es que los colchones de viscogel y los colchones viscoelásticos son totalmente diferentes. De hecho, los primeros han sido creados pensando en las carencias que presentaban los colchones viscoelásticos y tratando de ponerles solución a esos defectos.
Nuestro descanso mejoró notablemente con la llegada del colchón viscoelástico, el cual permitía repartir el peso del cuerpo en el colchón de manera uniforme, de manera que el colchón no se deformaba y, con ello, el cuerpo conseguía mayor comodidad.
Pero como hemos venido al mundo para evolucionar, y constantemente tratando de mejorar nuestros conocimientos y, en paralelo, nuestra calidad de vida, es que pronto se pensó en mejorar todavía más la calidad del colchón, dando origen a nuevas investigaciones y al hallazgo de una sustancia aún más mejorada como era el viscogel. Con este, se sumaba una cualidad más al colchón y es que, aparte de no deformarse, el colchón de viscogel tampoco retiene el calor, lo cual se traduce en que la sensación térmica es más placentera, porque el colchón no se calienta durante nuestro sueño.
Es decir, hemos conseguido un colchón que consigue aislarse, logrando un equilibrio térmico que evita el calor excesivo en verano, y el frío en invierno. Genial, ¿no crees? La temperatura es un factor que repercute poderosamente en la calidad de nuestro descanso, pues de hecho cuando suben mucho las temperaturas, es frecuente sufrir de insomnio.
El éxito del viscogel
Hemos visto en qué consisten estos materiales y cómo nacen los colchones viscoelásticos y, posteriormente, los colchones de gel. Ambos son una consecuencia de la evolución de la industria del colchón y sus mejoras tecnológicas.
Lo que conocemos como «viscogel» es, en verdad, la combinación de ambos materiales y cualidades, es decir tanto los polímeros que le conceden las propiedades características de la viscoelástica, como la flexibilidad y resistencia + la regulación térmica que le confiere el gel. De ahí su nombre «viscogel».
Ventajas del colchón viscogel
Con lo que te hemos contado, ya eres conocedor de los beneficios que tiene adquirir un colchón viscogel. Pero veamos algunas más con más detalle.
- Transpirabilidad: el colchón viscogel es más transpirable que los colchones anteriores. Esto no solo proporciona más confort a la hora de dormir en él, sino que también lo hace más saludable, porque el colchón no acumulará la humedad propia que es tan nefasta, para la conservación del colchón y también para la salud. La humedad se va, lo cual es un beneficio, sobre todo si pensamos que solo del sudor, de nuestra respiración e incluso del propio ambiente, nace humedad constantemente.
- Durabilidad: porque al estar hecho de un material que es más denso, también es más raro que se parta.
- Adaptabilidad: la espuma viscoelástica ya no se deformaba, pero el gel permite mejor el movimiento, así que aporta mucha más comodidad a la hora de estar acostado.
- Higiénico: directamente relacional a lo que dijimos en el punto 1, porque al no acumular el sudor, la saliva y humedades, produce menos alergias que un colchón tradicional.
Dicho todo esto, seguramente estés de acuerdo en que, al menos, hay que probar el colchón de viscogel si es que todavía no tienes uno en tu casa.
También almohadas
El viscogel lo estamos viendo como innovador y excelente para los colchones, pero también las almohadas se están fabricando de este material, así que si te interesa tener un colchón de viscogel, te recomendamos comprar a juego la almohada de viscogel, para garantizarte el máximo confort en tu descanso.
¿Merece la pena la inversión en un colchón de viscogel?
Con todo lo que te hemos contado, este apartado sobra, pero por si acaso aún te falta un último empujón para decidirte a realizar esta inversión, aquí va una razón más. Y es que teniendo en cuenta que un colchón tiene una durabilidad de unos 10 o 12 años, y que el buen descanso es fuente de salud, la decisión no admite dudas. Ni tu salud tampoco. Es momento de comprar un colchón de viscogel.