Tal vez en alguna oportunidad de tu vida te has preguntado por qué no es bueno dormir sin almohada. Sin embargo, la gran mayoría la usa, solo es tener un cojín y colocarlo debajo de la cabeza para que repose bien y así dormir toda la noche.
Algunas personas prefieren no usar las almohadas o no se acostumbran a tener su cabeza más elevada que el cuerpo. Pero debemos considerar si es bueno o no dormir con ellas, y si no, ¿Qué beneficios aporta dormir sin almohada? ¿Afectará la espalda y el cuello si no lo hacemos?
Es o no es beneficioso dormir sin almohada
En la actualidad no existen estudios que indiquen las ventajas o desventajas de dormir sin almohada. Sin embargo, lo que sí se sabe es que es un elemento necesario para que la columna no sienta la carga del cuello y de la cabeza mientras se duerme.
Por lo expuesto, lo más recomendable es que uses almohada cuando duermas. Si no te acostumbra a usarla o te das cuenta que no descansa lo suficiente con ella, habla con tu médico a ver qué te recomienda.
¿Cuál es el papel de la almohada?
La almohada cumple un papel fundamental para mantener alineada la columna en relación al cuello, este debe descansar relajado en la almohada. La almohada ocupa el espacio que deja el cuello cuando la cabeza reposa sobre la cama, en este momento la almohada ayuda a que la columna adopte una posición neutral en relación al cuello.
¿Qué almohada se debe usar según cómo duerma?
En investigaciones realizadas por la Universidad de Rochester, aconsejan el uso de almohadas o cojines de acuerdo a la posición en la que dormimos. Veamos cuáles son:
Posición fetal o de lado
También llamado decúbito lateral, que es cuando la persona duerme de lado con las rodillas flexionadas. En este caso, los investigadores aconsejan colocar un pequeño cojín firme entre las rodillas, de esta manera evitarás dolores de espalda.
Se dice que el 75% de las personas mayores de 20 años duermen en esta posición. Cuando se duerme de esta manera, tanto los hombros como las caderas reciben mucha presión. La cervical es la que sufre daños, ella se va desviando y es cuando se empieza a sufrir de tortículis, dolor en la cervical y problemas al respirar.
Posición boca arriba
En este tipo de postura se aconseja colocar un cojín debajo de las rodillas, de esta manera la espina dorsal y la espalda baja adoptarán una curvatura natural. No olvides que debes usar una almohada para que descanse la cabeza, esta debe ser de firmeza y altura media. El colchón también debe tener la misma característica (media-alta o alta).
Posición boca abajo
Es la posición menos aconsejada, porque la cabeza se mantiene mucho tiempo de lado, la espalda no tendrá una curvatura natural y la respiración será dificultosa. En caso que no puedas dejar esta posición, es aconsejable el uso de una almohada blanda y baja. Para evitar daños a la espina dorsal usa un cojín pequeño debajo del estómago y trata de no forzar el cuello hacia atrás.
Dormir con una o dos almohadas
Es aconsejable que usen una almohada entre las piernas las mujeres embarazadas, personas fornidas o que sufren de dolores de caderas. Dicha almohada, para lograr el efecto adecuado debe ser firme y amoldable a las piernas, de esta manera se mantendrán paralelas y su peso se distribuirá homogéneamente.
En ocasiones dormir con otra almohada nos trae mejores beneficios, un sueño de mayor calidad y descanso placentero. Se aconseja dormir con dos almohadas aquellas personas que presentan lesiones o dolores en el hombro. Si es tu caso, duerme del lado contrario al hombro lesionado y abraza una almohada que sea firme y amoldable.
La posición adecuada para dormir es boca arriba, que la cabeza quede con una cierta inclinación a un lado. También es correcto dormir de lado, en este caso, lo que debes hacer es que tu almohada tenga la altura que permita que tanto la cabeza como la columna se alineen.
Elegir una buena almohada
Si queremos tener descanso reparador, elegir una buena almohada es indispensable. No solo es que tenga un buen material, también hay que considerar otros factores como: que evite las alergias, que tenga buena altura, de relleno consistente, longitud y anchura apropiada. Entre los modelos que hay son:
Las almohadas que conservan bien el calor y ayudan a enfrentar los inviernos crudos y de mucho frío son las que contienen pluma de ganso. Las plumas tienen una consistencia que permite mantener el calor por más tiempo.
Las hay frescas, para los veranos o para aquellas personas que le gusta sentir su cabeza siempre fresca. Estas almohadas están hechas de espuma viscoelástica de gel o de carbono que evita que se concentre el calor y la humedad.
Otras de las almohadas son aquellas contra los ronquidos. Debe tener un tamaño adecuado, consistencia y forma, de tal manera, que te permite mantener la cabeza elevada. Para saber cuál es la mejor, te va a tocar probarlas.
También están las hipoalergénicas, para personas que son sensibles a los materiales y tienden a sufrir alergias.
Las almohadas finas y los colchones duros y firmes son una buena elección para los que duermen boca arriba.
Las almohadas orgánicas son aquellas cuyo relleno no permite que haya ácaros, moho y hongos. Finalmente, están las almohadas para cervicales. Están hechas para proteger la columna vertebral y aconsejada a aquellas que sufren de la cervical o cualquier problema con la columna.
Lo más importante es que si presentas dolores de cuello o espalda consulta con tu médico para cualquier duda. Hacer una mala elección puede perjudicar tu salud. Para que puedas levantarte con buenas energías y enfrentar tus actividades diarias es necesario que tengas un buen descanso y tu sueño sea reparador.