Sabemos que cambiar el colchón cada 10 años es realmente deseable, tanto como la limpieza e higienización del mismo para que no suframos de múltiples enfermedades y problemas en nuestro cuerpo. La calidad del colchón es fundamental para que nuestro descanso sea óptimo e influye decisivamente en la calidad de nuestro sueño. En consecuencia, y buscando nuestro bienestar, no es raro que hayamos tomado conciencia de que antes de que dormir en un colchón viejo se convierta en una fuente de trastornos varios en nuestra vida, debemos ir buscando alternativas, para encontrar el colchón perfecto en precio y comodidad que nos haga el reemplazo. Pero hay una cuestión que no nos queda tan clara: ¿Dónde hay que tirar los colchones viejos?
La mayoría de nosotros cuando compramos mobiliario nuevo o adquirimos nuevos muebles para reformar o renovar nuestro hogar optamos por dos soluciones. La primera es llamar a una asociación solidaria si es que el mueble todavía se puede aprovechar, y donárselo. Así hacemos una buena obra a la vez que nos ahorramos el quebradero de cabeza de qué hacer con el mueble en cuestión y de la molestia de tener que sacarlo a la calle. Otras veces, si el mueble está en muy mal estado o queremos ir a lo rápido, sencillamente lo echamos a la calle dejándolo junto al contenedor de residuos o, a las malas, al lado de alguna cubeta de obra o en cualquier rincón esperando a que «ya se lo llevarán».
La respuesta correcta si bien sería otra muy diferente. Porque hay lugares específicos a donde llevar los colchones que ya no utilizamos. En los tiempos que estamos, apostar por el reciclaje es casi una obligación ciudadana. El ecosistema es un legado universal que dejaremos en herencia a nuestros seres queridos y este medioambiente nos exige que seamos cautos y le cuidemos un poco. Dicha exigencia pasa ineludiblemente por reciclar y reducir al mínimo los residuos. Por esta razón, cada vez contamos con más puntos limpios en nuestras localidades, que los Ayuntamientos se encargan de establecer en cada zona.
Así pues, dedícate a averiguar dónde se encuentran los puntos limpios en tu localidad, a donde puedes llevar tu colchón viejo cuando vayas a cambiarlo por un nuevo colchón. Seguro que los hay, de modo que no valen excusas para no hacerlo. Pero aprendamos más sobre esto.
Lo más fácil: el vendedor se lo lleva
Cierto que preferimos que todo nos lo den hecho. El tiempo no es un bien que nos sobre. Y si nos ponen las cosas cuanto más fáciles, mejor, no vamos a decir que no. Lo deseable es que cuando vamos a comprar un colchón nuevo, en el mismo establecimiento o comercio donde hacemos la compra, el vendedor tenga un servicio dedicado a recoger tu colchón viejo y a llevárselo, de camino que te deja la compra en casa. Pregunta a tu vendedor si tienes esta posibilidad, y no dudes en recurrir a ella. Será menos trabajo para ti y asunto arreglado.
Pregunta en tu Ayuntamiento
Si el vendedor te dijo que no, que ellos no recogen tu antiguo colchón, o lo que sucede es que ya conseguiste otro colchón de un familiar o amigo que te lo van a dejar, en tal caso tendrás que buscarte la vida por tu cuenta para deshacerte de tu colchón viejo. En este caso, llama a Ayuntamiento y pregunta. Infórmate de qué opciones tienes, porque seguro que alguna alternativa te dan para que el colchón viejo no acabe tirado en mitad de la vía pública, lo cual entorpece el tránsito de los vecinos y además es antiestético, sin contar con que también supone una incomodidad para el propio servicio de recogida de basura que, quizás, no tiene competencia en recoger esta clase de elementos.
Si tu Ayuntamiento te atiende, que será lo más seguro que sí lo haga, ya no tienes que preocuparte, porque ellos acordarán contigo qué día pasarán a hacer la recogida de tu colchón antiguo.
Las ONG, siempre buscan de todo
Si el colchón que quieres cambiar no está en muy malas condiciones, es más que posible que cualquier ONG estará encantada de hacerse con él. Sobre todo aquellas ONG que dan atención a personas sin recursos o a los sintechos. En estos sitios un colchón, así como otros elementos, se convierten en donaciones muy valoradas y necesarias. Tanto es así, que incluso te recomendaríamos que esta opción la tuvieras como primera en tu lista. Porque alegrarás a personas que lo necesitan y estarás contribuyendo a una doble labor social.
Busca por Internet, o igualmente pregunta en tu Ayuntamiento qué ONGs hay por tu zona. Y no dudes en llamar por teléfono. Es preferible que llames por teléfono, antes de que contactes por mail, porque a veces hay empresas y organizaciones que no revisan mucho el mail y pueden pasar semanas hasta que lo miren, acabando así con tu paciencia. Echa un vistazo a sus redes sociales y, si ves que se conectan y tienen sus perfiles y páginas actualizadas, prueba a escribirles un mensaje privado para hablar con ellos. En caso contrario, el teléfono suele ser más efectivo y rápido.
¿Has visto cuántas opciones hay para tu colchón viejo? Tirarlo a la calle y dejarlo a su suerte no es una buena idea, así que estudia preferiblemente las demás alternativas mucho más limpias, responsables y solidarias.