En el reino animal, las cosas funcionan de manera muy diferente a nuestra subespecie de humanos, pues nosotros necesitamos entre seis y ocho horas diarias de descanso de corrido para tener la energía suficiente para el día siguiente, en condiciones normales, es decir, si venimos teniendo una semana común, regular y sin trasnoches. ¿Te has preguntado alguna vez cuál es el animal que menos duerme? Vamos a descubrirlo.
Pero los otros cohabitantes de este planeta no duermen al igual que nosotros, podemos saber que los gatos duermen alrededor de dieciséis horas por día mientras que los perros duermen entre unas diez y trece horas repartidas entre el descanso nocturno y algunas siestas, si hemos tenido animales domésticos y los observamos nos hemos dado cuenta de ello. Los koalas son famosos por pasarse casi la totalidad del día durmiendo, para ser exactos, entre veintidós y veintitrés horas por día. También hemos escuchado que animales que tienen períodos de hibernación como los osos descansan la mayor parte del invierno.
Por otra parte, hay de hecho algunos que duermen sustancialmente menos que nosotros, veamos cuáles son los animales que menos duermen y por qué.
RANKING DE LOS ANIMALES QUE MENOS DUERMEN POR DÍA
Jirafas
Las jirafas encabezan la lista de los animales que duermen menos horas en el día, descansando un total de dos horas de a intervalos de siete minutos aproximadamente. Usualmente lo hacen paradas, rara vez se tumban para un descanso más profundo.
Elefantes
Otro animal que descansa muy pocas horas diarias, es el elefante. Algunos estudios muestran que en promedio pueden llegar a dormir entre dos o tres horas por la noche también repartidas en varios períodos al igual que las jirafas. La principal causa de esto es que como son tan grandes y necesitan ingerir grandes cantidades de alimento en el día, se la pasan recorriendo en busca de él. El mismo estudio determinó que los elefantes que viven en cautiverio llegan a dormir hasta cuatro horas diarias ya que no tienen que preocuparse de este factor.
Impalas, burros y caballos
Tal y como lo hace la jirafa, estos animales descansan en periodos entre siete y diez minutos, pero un total de tres horas diarias. Lo hacen de pie, ya que sus patas están preparadas para ello. De todas maneras pueden llegar a dormir echados para un descanso más profundo. Si están en manada, se turnan para que un grupo descanse mientras el otro se mantiene en estado de alerta.
Vacas, ovejas y cabras
Como deben pasar alrededor de ocho horas por día digiriendo el alimento, y otra buena parte en busca de él, estos animales descansan también de a turnos un total de aproximadamente cuatro horas por día. Lo hacen normalmente echados, hemos de saber por ejemplo que el corte vacuno del matambre es más duro siempre del lado que se echa a descansar la vaca. Al igual que los caballos y burros, también se turnan en grupos para vigilar y descansar.
Hormigas
Las hormigas también utilizan el método del descanso alternado, toman muchas siestas de sesenta segundos aproximadamente lo que les da un total de cuatro horas diarias, pero solo lo hacen las hormigas obreras, ya que sus tareas para la colonia lo requieren, la hormiga reina, sin embargo, tiene el privilegio de descansar hasta nueve horas en el día.
Fun fact
Un método similar es el que utilizaba Nikola Tesla para sacar el mayor rendimiento a sus días de estudio e investigación. Descansaba media hora de corrido, y luego a lo largo del día pequeñas siestas de quince minutos para hacer un total de dos horas y media de sueño. Claro que no es algo que un humano pueda sostener por demasiado tiempo.
Tiburones y otros peces grandes
La principal razón por la cual el tiburón y demás peces grandes no descansan demasiado es porque necesitan estar en continuo movimiento para que sus branquias les provean el oxígeno del agua que necesitan para respirar. El agua pasa de la boca a las branquias. De modo que mantienen períodos de letargo o descanso mientras nadan.
Ballenas y delfines
Si bien estos animales sí descansan más horas, es importante mencionarlos ya que lo hacen de una manera muy particular. Como deben permanecer despiertos para salir a la superficie a respirar, tienen la capacidad de desactivar un hemisferio del cerebro, mientras queda activo el otro, de esta manera, van turnando los hemisferios a descansar. Las crías, sin embargo, se ubican cerca de sus madres y descansan mientras son arrastradas a su lado.
Como hemos visto, lo que motiva a los animales a descansar de la manera que lo hacen es su necesidad de sobrevivir, ya sea buscando alimento, estando alerta para no ser atacados por depredadores o en el caso de los animales acuáticos el tener que respirar. Evolutivamente han desarrollado estas capacidades pues tienen condiciones de vida muy diferentes a la nuestra dado en el ambiente en el que viven.
Sin dudas el dormir es necesario para ellos pero no requieren tantas horas seguidas de sueño como nosotros ni llegan a la famosa fase REM (excepto el elefante, con períodos de apenas unos minutos) que es esencial para mantener los procesos cognitivos, reparar el cuerpo y fijar en la memoria todo lo que hemos hecho a lo largo del día. Es decir, no experimentan el descanso profundo, solamente breves períodos de relajación.
Si bien nuestra manera de descansar quizás es propia de la vida que llevamos, del auge y permanencia del sedentarismo de nuestras manadas, y de la necesidad de “recargar las pilas” para poder mantenernos activos durante la jornada diurna en la que tenemos nuestras obligaciones (la mayoría), nuestro organismo no está más preparado para descansar de otra forma, aunque muchos grandes físicos y científicos a lo largo de la historia han optado por entrenarse para descansar lo mínimo indispensable en períodos de tiempo en los que necesitaban aprovechar su día al máximo.
Cómo podemos ver, una vez más, la naturaleza es sabia y absolutamente nada es al azar en un mundo donde sobrevive el más apto.