Todos tenemos uno o varios colchones en nuestros hogares y es conveniente saber si son de calidad, óptimos y eficientes para nuestro descanso diario. Si deseas saber si tu colchón es bueno revisa las diversas recomendaciones que existen acerca de la utilidad de los colchones y que, seguramente, te será favorable si estás pensando en reparar o reemplazar el tuyo. Te damos las pautas acerca de cómo saber si un colchón es bueno o, por el contrario, es de mala de calidad.
Hacer reemplazos
Por ejemplo, es común reemplazar los colchones cuando están demasiado deteriorados o han acumulado una gran cantidad de bacterias que pueden ocasionar alergias, infecciones u otras afecciones a las personas, especialmente a niños y ancianos. Todos sabemos lo imprescindible que son los muebles limpios y óptimos en el hogar, a la hora de dormir es altamente necesario tener buenos elementos para llevar a cabo esta actividad diaria.
Si ya revisaste tus colchones y te diste cuenta que es hora de hacer un cambio, lo mejor que puedes hacer es observar las condiciones que requiere un colchón, tales como tamaño, volumen, peso, ergonomía y materiales. También deberás revisar otros factores como son el tejido, el diseño y los colores, todo a fin de adquirir un gran colchón que reúna todas las condiciones que beneficien a tu organismo y te proporcionen un buen descanso.
Evaluaciones científicas de un colchón
Existen muchos parámetros encargados de evaluar a fondo la estructura de los colchones para establecer si el producto es de buena calidad o si no lo es. Esta clasificación entre colchones de calidad alta y colchones de mala calidad se realiza mediante el análisis de sus estructuras. Aplicándolo, podrás garantizar que estás usando los colchones correctos.
Estabilidad y firmeza
Esta es una de las características más importantes de un colchón y que es necesaria para lograr la comodidad, pues la firmeza del mismo proporciona un alto rendimiento que se refleja en el descanso. Se requiere que la estructura de los colchones sea rígida y firme ya que de esta manera se garantiza que el cuerpo humano se encuentre en el mejor confort posible y se produzca un verdadero descanso.
Presiones distribuidas
Las presiones ejercidas en el colchón deben estar plenamente distribuidas, de manera que sean concentradas en diferentes partes de su estructura. De este modo la misma distribución dará al cuerpo la sensación de confort necesario para un buen descanso.
Hundimientos en zonas del colchón
Hay que descartar si el colchón es propenso a hundimientos en sus zonas, especialmente en el centro. Para esto existen diversas pruebas que los especialistas le aplican a los colchones. Una de ellas se lleva a cabo haciendo presiones en las esquinas y otras zonas equitativas para examinar el estado de la parte central del colchón y determinar si presenta hundimientos.
Rebotes por movimiento
Cuando los individuos se mueven o ruedan mucho en la cama, el colchón puede producir rebotes mientras recibe los impactos del cuerpo por unos pocos segundos. Cuando hay rebotes leves el colchón está apto para amortiguar de la mejor manera el peso. Mientras que cuando hay rebotes más intensos, probablemente el confort y el descanso desmejora ya que el cuerpo presenta conflictos en relación con la estabilidad del colchón.
Ergonomía y adaptabilidad
Este es otro factor importante y se comprueba mediante análisis que consisten en mediciones de la estructura, evaluación de su capacidad y soporte para verificar que el colchón reúna las condiciones óptimas para que el cuerpo descanse de manera exitosa.
Confort
Es el estado pleno de descanso que presenta el cuerpo humano al utilizar un colchón. Este elemento se expresa mayormente en la noche que son las horas cuando los individuos pasan más tiempo sobre los colchones, y que supone el estado de relajación total del cuerpo. Para que se lleve a cabo el mejor confort, el cuerpo debe sentir relax en todo su organismo, exterior e interior, que se ve reflejado en cabeza, cuello, hombros, espalda, caderas, brazos y piernas.
Confort térmico
Resulta muy importante este factor ya que según el clima en el que nos encontremos, es útil considerar la regulación térmica que se puede encontrar en cada colchón, sea para personas calurosas o sensibles al frío. Los materiales del colchón otorgan la capacidad de aislantes térmicos, dependiendo del tipo de telas, tejidos y otros elementos de fabricación. Existen telas frías, calientes o término medio y algunos colchones absorben con mayor facilidad el frío o calor que otros. Para esto conviene evaluar cuales proporcionan mayor confort y estabilidad térmica.
Duración o vida útil
De manera estándar, se suele apreciar que los colchones duran al menos 10 años, después de este tiempo el deterioro comienza a notarse y es cuando se piensa en hacer las reparaciones o sustituciones correspondientes. Algunas pruebas científicas consisten en causar impactos o aplastamientos sucesivos sobre la superficie del colchón a fin de analizar las compresiones, rebotes, hundimientos y otros elementos de afectaciones o desgaste y comprobar el promedio de vida útil o hacer un total descarte.
Capas y compresión
Otro factor importante que se debe evaluar a la hora de analizar la estructura y composición del colchón es el análisis de sus capas y tejidos que crean compresiones en su interior y que reciben los impactos de las fuerzas del cuerpo, albergando el peso y sosteniéndolo de manera uniforme y repartida.
Tipos de espumas y telas
Para garantizar la salud de los seres humanos al utilizar un colchón, se requiere evaluar las características de la fabricación del mismo, mediante las pruebas que determinan si tales materiales son aptos para la utilización del mismo. El elemento de elaboración más importante es la espuma y la estructura que deben ser sometidas a pruebas especiales para comprobar si son eficientes para el uso humano.
Elegir un colchón viscoelástico
La calidad de un colchón se aprecia en la viscoelasticidad, la cual le agrega densidad al mismo, mediante factores tales como; materiales, fabricación y compresión que son el resultado del conjunto de elementos que lo hacen viscoelástico. La manera general de comprobar su elasticidad es revisando en las etiquetas del producto, sin embargo muchos fabricantes prometen que sus colchones son viscoelásticos pero en realidad no lo son. Es recomendable que los colchones sean viscoelásticos en ambos lados y que superen los 8 cm de espesor.