El colecho es la práctica de los padres de dormir con sus hijos, ya sea mediante una cuna especial que carece de un lado para adaptar a la cama, instalar el moisés o cuna al lado de la cama o simplemente compartiendo la misma. Has de saber que el colecho, cómo todo, es una práctica que ha entrado en desuso durante la Edad Media, por intervención de especialistas y la Iglesia Católica, pero que desde siempre ha sido común en todas las familias.
Hay, por supuesto, opiniones encontradas, acérrimos defensores y acérrimos detractores de que el niño duerma en la cama con los padres. Antes de tomar esta decisión, lo mejor es que sepas qué opinan los profesionales al respecto.
¿QUÉ DICEN LOS PROFESIONALES ACERCA DEL COLECHO?
Bueno, pues parece que son más las ventajas que las desventajas en este hábito, ya que muchos profesionales aseguran que es muy positivo ya sea para los padres o para el bebé. Dado que sienten a su madre cerca, serán capaces de lograr una mejor tranquilidad y un sueño más profundo, de esta manera ambos podrán descansar mejor. Algunos estudios también demuestran que los bebés que duermen junto a sus padres amamantan más y mejor, en consecuencia se traduce en más horas dormidas entre comida y comida.
Dormir cerca de tu bebé, intensificará el vínculo afectivo entre ambos, podrán estar más cerca ante cualquier cosa que le pase, escuchando al instante su llanto y atendiéndolo sin dejarlo llorar demasiado tiempo. A largo plazo, esto interviene en la inteligencia emocional de tu hijo, los estudios demuestran que muchos niños que tuvieron colecho con sus padres, de adultos presentaban características favorables en su personalidad tales como buen autoestima, seguridad, autocontrol, tolerancia al estrés y también que eran personas más optimistas y que se auto percibían más felices.
Todas características clave para contribuir con las relaciones interpersonales, el manejo en sociedad y que pueden moldear a tu hijo a tener éxito en la vida, ya que se demostró que las personas que más triunfan son quienes presentan todas estas características de inteligencia emocional.
Por otra parte, los profesionales o padres que se oponen a esta práctica, sostienen que si se comparte la cama con los niños hay riesgo de asfixia o aplastamiento, cosa que bien puedes solucionar con una cuna adaptable o bien ubicando la cuna al lado de tu cama, pero en la misma habitación.
Otros estudios sostienen que los bebés que duermen con sus padres presentan una peor calidad del sueño en yuxtaposición a los estudios mencionados anteriormente, afirman que como la madre está cerca, en lugar de descansar más, se despiertan más seguido para lactar y que aparecen alteraciones a la hora de conciliar el sueño.
También algunos padres manifestaron que compartir la cama con el bebé no es higiénico. Los especialistas también creen que podría influir en la relación de la pareja ya que coarta la libertad a la hora de tener intimidad. Por lo tanto habiendo presentado las ventajas y desventajas, será una decisión que tengan que consensuar entre ambos padres.
¿HASTA CUÁNDO CONTINUAR CON EL COLECHO?
Ahora bien, otra duda que aqueja a los padres es saber cuándo es el momento propicio para ponerle fin al colecho. La respuesta es no hay un momento exacto para poner fin al colecho. Así es, cada infante y cada padres y cada relación es diferente, por lo tanto no existe una fecha en el calendario que te puedas poner para ponerle fin a esta práctica.
De todas maneras, el colecho en sí tiene su razón de ser para que las madres puedan amamantar a su bebé con más facilidad y estén cerca durante los primeros meses de su vida ante cualquier eventualidad, así que lo que debes tomar como referencia es la lactancia.
Los primeros meses, sabemos que los bebés suelen despertarse cada un par de horas para alimentarse, por lo que un buen momento para empezar a realizar la transición es cuando comience a dormir más horas de corrido, ya que no representará demasiado trastorno el levantarte a atenderlo por las noches.
Otra opción es esperar a que finalice el período de lactancia para que el infante duerma en su propia cuna, o en su propia habitación. También hay madres que extienden esta práctica más allá de la lactancia, porque quieren estar más cerca de sus hijos o simplemente por que les gusta. Quedará en la decisión de cada uno de los padres lo que les parezca mejor para la crianza de sus hijos, aunque cabe destacar que es importante que a cierta edad tengan su propio espacio, y que tanto padres como hijos puedan tener su intimidad.
¿CÓMO PONERLE FIN AL COLECHO?
Ahora sí, a lo que venimos. ¿De qué manera realizar la transición? Bueno, lo primero y principal que debes tener al realizar la transición ya sea desde tu cama a la cuna, o desde la cuna hasta su propia habitación, es tener paciencia, e ir de a poco ya que para tu bebé (y para tí también) es un cambio muy grande.
Si observas los ritmos biológicos de ti y de tu bebé, será algo que se dará de forma natural, puede que él no se sienta ya tan a gusto descansando en tu cama, o que notes que no necesita que lo alimentes tantas veces en la noche, o tal vez quieres tener más intimidad con tu pareja.
Puedes comenzar progresivamente a aumentar la distancia, si duermen en la misma cama, el paso siguiente puede ser instalar una cuna adosada a un lado, si duerme en la cuna adosada, a una cuna individual, si duerme en la cuna individual, trata de separarla de cama como simulando quizás con biombos su propia habitación.
Puedes comenzar viendo cómo se adapta, solo los fines de semana, día por medio, o como prefieras, hasta que notes que ya puede quedarse solo.
Puedes quedarte a su lado hasta que se duerma, y luego volver a tu habitación si has decidido que tenga su habitación individual.
Siempre que notes que está muy nervioso o si quizás se enferma y requiere cuidados especiales, no dudes en llevarlo contigo para tenerlo cerca unas noches. Recuerda que no es un proceso extático, y que tampoco quieres con la transición causarle ningún malestar, sino que también pueda sentirse a gusto en su nuevo lugar de descanso.
Otra cosa que puedes utilizar a tu favor, es la tecnología. En el mercado podemos encontrar los baby call que han avanzado desde simil walkie talkies hasta comunicadores de audio y video, que puedes instalar al lado de tu cama para monitorear que tu hijo esté bien, y asegurarte que ante el primer llanto puedas acudir sin que pase demasiado tiempo. Recuerda que lo importante es que te sienta cerca, para que esté tranquilo, seguro, y se sienta protegido, su sensación de inseguridad aumentará si tiene que llorar por demasiado tiempo, por lo que adquirir un baby call puede ser la solución que estás buscando.